Centro salud villa de vallecas

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García cuenta al teléfono que ese momento fue uno de los muchos en los que se da cuenta de que no puede hacer bien su trabajo las dos tardes que cubre en ese centro de salud, esas en las que siente «una enorme impotencia» porque no puede estirar más el tiempo: «Tenía siete pacientes esperando fuera, ¿qué hago? ¿Le digo que me avise en cinco minutos? ¿O nos vamos a tomar el tiempo que sea necesario y que los demás esperen? «. Confiesa que «agota», «frustra» y «golpea». Se va a casa durante innumerables días pensando si esa llamada de atención domiciliaria a la que no pudo acudir era «muy importante», si a la mañana siguiente debería salir antes, fuera de su horario de trabajo, para visitar a esa mujer . En esa zona, explica, «hay muchos segundos sin ascensor y mucha gente inmovilizada, encamada». El distrito que atiende es Puente de Vallecas, y ese centro, Vicente Soldevilla. Uno que, dicen quienes trabajan allí, «muere lentamente» por falta de recursos.

Con el paso de los meses, la plantilla se quedó en el chasis: bajas por embarazos de riesgo, bajas por ansiedad y renuncias. «Gente que llevaba 15, seis o tres años por la tarde y no podía más», chasquea la lengua Herranz. El verano tensó aún más la plantilla. En septiembre sólo eran cuatro por la tarde y había alguna baja por la mañana. A principios de noviembre, quedaban cinco en el primer turno y dos en el segundo.

Tu clínica fisioterapia y osteopatía en el ensanche de vallecas

Su labor ha sido reconocida en numerosas ocasiones, recibiendo el Premio a la Gestión Hospitalaria Global en los Premios Top 20 Hospitales y reconocida en la XIII edición de los Premios a la Calidad e Innovación en la Gestión Pública.

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La academia de los 3 grandes

Tuvimos un retraso con nuestro ferry así que llegamos a las 2 de la mañana. No hay problema, el check in fue rápido y muy servicial. Nos dejaron un cuenco de agua para nuestro pequeño perro en la habitación, un detalle encantador. La habitación era hermosa, impecablemente limpia, grande y de excelente nivel. El desayuno es bueno y está bien preparado. Excelente ubicación para entrar y salir de la autopista y evitar el centro de Madrid.

Las habitaciones, modernas y con aire acondicionado, tienen suelos de madera, televisión por satélite y escritorio. El cuarto de baño privado viene con un secador de pelo. El hotel dispone de suites con salas de estar independientes. A la llegada se ofrecen dos botellas de agua gratuitas.

La recepción 24 horas ofrece información sobre los alrededores. El aeropuerto de Barajas y el centro de congresos IFEMA están a 15 minutos en coche. El establecimiento está conectado con el resto de la ciudad mediante la línea 130 y la línea T32 de autobús, que conecta con el metro en Legazpi.

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Me alojé aquí por una noche. La habitación era básica, pero apestaba a humo a pesar de haber pedido una habitación para no fumadores. A decir verdad, fue culpa mía, ya que nunca había estado en una habitación que oliera así y pensé ingenuamente que el olor desaparecería después de haber estado en ella durante unas horas. Si hubiera sabido que el olor era tan fuerte que no me dejaba dormir, habría pedido que lo cambiaran inmediatamente. Incluso el perro estaba desesperado por salir por la mañana. Aparte de eso, la habitación estaba limpia y el personal de recepción era amable. No estoy seguro de si hablaban inglés o no, pero fueron muy pacientes con mi limitado español. La zona en la que se encuentra es muy industrial, pero hay un gran almacén de descuento al otro lado de la carretera donde pudimos comprar un hervidor de agua (no había uno en la habitación) y también un Aldi. No estoy seguro de lo seguro que me sentiría caminando por esta zona por la noche, ya que había un montón de gente alrededor de un restaurante / hostal a través de la carretera.

la habitación más cálida y más pequeña que he estado, no había ningún lugar para poner mi equipaje, el ventilador parece un juguete no refresca nada, la limpieza estaba bien, la zona no muy bonita pero tranquila, muy cerca del metro