Arroz con acelgas y alubias de bote
Contenidos
Acelgas y judías negras
En este risotto, las alubias blancas cannellini sustituyen al arroz para aportar a esta receta las proteínas y la fibra necesarias para ayudar a controlar el peso y mantener unos niveles saludables de azúcar en sangre. Acompañado de un queso ricotta rico en proteínas, este risotto de alubias blancas es una comida que mantiene el vientre lleno, no esponjoso.
El limón y las acelgas contienen vitamina C que refuerza el sistema inmunitario y puede ayudar a combatir un resfriado o a reducir la duración de la enfermedad si se contrae ese molesto virus. El ajo, la cebolla y el tomillo son conocidos por sus propiedades antimicrobianas y también ayudan al cuerpo a combatir las enfermedades. Además, el tomillo es uno de los antimicrobianos más potentes que existen para prevenir las enfermedades alimentarias y su contenido único de carvacrol ayuda a aliviar el dolor de garganta.
Ah, y la abuela tenía razón en cuanto a beber el caldo cuando estamos enfermos. El caldo de verduras está lleno de vitaminas y minerales procedentes de las verduras con las que está hecho. Piénsalo como un té de verduras: a medida que las verduras se cocinan, las vitaminas y los minerales se filtran en el agua. Prueba a hacer tu propio caldo de verduras hirviendo agua en una olla, añadiendo verduras picadas o restos de verduras de tu elección, y cociendo a fuego lento durante al menos 45 minutos. Cuela las verduras y utilízalas para hacer sopas: ¡así de fácil es!
Pasta con acelgas y judías blancas
Este salteado de acelgas con ajo y judías blancas es una cena fácil de hacer, saciante y nutritiva, si se sirve con pan de masa madre tostado, arroz o quinoa. Una comida vegana muy equilibrada y llena de nutrientes y sabor.
Si no está seguro de cocinar con acelgas, ¡esta es la receta para usted! Es un plato rápido y sabroso que combina alubias cannellini y acelgas de una forma reconfortante y deliciosa. Sírvelo sobre un pan de campo o de masa madre tostado (¡nuestro favorito!) o incluso sobre arroz, quinoa o pasta para una comida completa. El ajo y el vinagre de vino tinto equilibran perfectamente las suaves judías cannellini y permiten que los sabores naturales de las acelgas brillen.
La acelga es una verdura de hoja verde oscura emparentada con la remolacha. Tiene un sabor terroso con un ligero amargor que desaparece cuando se cocina. A diferencia de la col rizada, los tallos de las acelgas se pueden comer. Basta con cortarlos en trozos pequeños y saltearlos con las hojas de acelga. Quedarán ligeramente crujientes pero no son duros y fibrosos como los tallos de la col rizada. Las acelgas son bajas en calorías y ricas en vitaminas K, A y C.
Acelgas y arroz
A finales de la primavera y principios del verano nos rodean grandes racimos de acelgas con tallos anchos y hojas exuberantes, tiernos puerros, las últimas habas, las primeras judías verdes y las primeras calabazas de verano, aún pequeñas y delicadas. En poco tiempo, se puede hacer lo que hacen los franceses: hacer una sopa. El arroz dará volumen a la sopa. Aunque un arroz almidonado de grano medio como el Arborio funciona, esta receta utiliza basmati blanco, que se hincha hasta cuatro veces su tamaño original cuando se cuece. Puedes intentar usar arroz basmati integral, pero el color de la sopa será más apagado. Si buscas una forma fácil de reducir tu consumo de calorías, estas sopas te ayudarán. Son saciantes y ligeras, y constituyen una estupenda comida baja en calorías. Esta es una sopa sencilla y reconfortante que resulta especialmente deliciosa en primavera, cuando las acelgas están más dulces y tiernas.
Acelgas y judías cannellini
Cada dos viernes recibimos una caja de frutas y verduras ecológicas en nuestra puerta. Parece Navidad cuando llega la caja y nos sumergimos en ella para ver qué verduras recibimos cada semana. Algunas hortalizas son como amigos íntimos: las conocemos día a día. Otras verduras son más bien primos lejanos: apenas conocemos sus nombres. El viernes pasado recibimos acelgas. Y por extraño que parezca nunca habíamos cocinado nada con acelgas. Así que estábamos entusiasmados por saber qué podíamos hacer con ellas.
Las acelgas tienen algunas similitudes con la col rizada y las espinacas. Puedes utilizarla cruda en una ensalada, puedes saltearla o utilizarla en cualquier tipo de guiso, pasta o risotto. Después de pensarlo un poco, decidimos hacer una nueva versión de nuestro risotto de espinacas favorito. Pero como intentamos cocinar sin utilizar arroz blanco ni pasta, queríamos utilizar algo más que el habitual arroz arborio. Hemos probado a cambiar el arroz por cebada con un resultado meramente aceptable. No conseguimos la cremosidad del arborio con la cebada. Hemos visto algunas recetas y hemos oído historias sobre risottos de cebada que han tenido éxito, y seguramente lo volveremos a intentar algún día, pero esta vez nos lo hemos puesto mucho más fácil. Usamos judías cannellini enlatadas. Resultó ser el risotto más rápido que hemos hecho nunca. Y además estaba muy bueno. Se podrían hacer muchas más cosas con esta receta: no usar alubias de lata, añadir vino blanco y quizás algo más de verduras, pero esta versión nos resultó perfecta. Rápido, sabroso, cremoso y sencillo.