Bulto en el cuello perro
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Protuberancia indolora en el cuello de los perros
Los perros y los gatos tienen cuatro glándulas salivales, y todas ellas pueden verse afectadas por quistes. Estos quistes de las glándulas salivales se conocen como sialocele (o mucocele salival). Es el trastorno salival más común en los perros y se nota por la hinchazón bajo el cuello o la mandíbula. Es más frecuente en los perros, pero a veces también puede afectar a los gatos. El sialocele puede afectar a todas las razas, pero algunas parecen más propensas a padecerlo, como los caniches, los pastores alemanes, los perros salchicha y los terriers sedosos australianos.
Un sialocele es un quiste lleno de una colección de saliva mucoide en los tejidos que rodean una glándula salival. Las glándulas salivales más comúnmente afectadas son las grandes bajo la mandíbula, llamadas glándulas salivales mandibulares. También pueden verse afectadas las glándulas sublinguales situadas bajo la lengua. Los quistes pueden llegar a ser bastante grandes y presionar la laringe o la tráquea del animal, provocando su tos.
El desarrollo del sialocele es un proceso gradual. En la mayoría de los casos, hay una masa blanda e indolora que se agranda gradualmente en la parte superior del cuello o la mandíbula. Aunque puede desarrollarse y no causar problemas inmediatos, puede dar lugar a una serie de síntomas que incluyen:
Protuberancia líquida en el pecho del perro
¿Tiene su perro un bulto o protuberancia en la piel o debajo de ella? Aunque los bultos y protuberancias son más comunes en los perros mayores, los perros jóvenes también pueden tenerlos.1 La mayoría de los bultos y protuberancias son benignos (no cancerosos), pero algunos pueden ser malignos (cancerosos). Cuanto mayor sea su perro, mayor será su probabilidad de padecer bultos malignos. La buena noticia es que la detección y el tratamiento tempranos de los bultos cancerosos pueden aumentar las posibilidades de curación.2
Los bultos y protuberancias benignos carecen de la capacidad de invadir otros tejidos y de extenderse a sitios más allá de donde están presentes. La gran mayoría de ellos no son motivo de preocupación, pero los que siguen creciendo pueden causar problemas, como restringir el movimiento o la respiración debido al tamaño del bulto, o que su perro se rasque continuamente porque le resultan irritantes. Si los bultos benignos causan problemas, debe considerarse su extirpación.1
Los lipomas son la masa benigna más común que pueden tener los perros; a menudo se encuentran bajo la piel de los perros de edad avanzada3, y son más comunes en los perros obesos.1 Suelen ser tumores redondos y blandos de células grasas que crecen muy lentamente y rara vez se extienden1, por lo que pueden pasar hasta seis meses antes de que se vea algún cambio3.3 Los lipomas pueden diagnosticarse fácilmente con una aguja fina.
Bulto en el cuello del perro del tamaño de una pelota de golf
En la Clínica Veterinaria Harlingen, entendemos que su compañero canino no es sólo una mascota, sino que es un miembro de la familia querido y apreciado. El vínculo mutuo de amor y lealtad entre ustedes puede hacer que un diagnóstico de cualquier forma de cáncer de perro sea muy difícil de escuchar. Nuestros veterinarios y personal de apoyo son empáticos, compasivos y están formados para centrarse en los aspectos emocionales y médicos del cáncer de perro.
A diferencia de muchas otras especies de animales, los perros son susceptibles de padecer los mismos tipos de cáncer que los humanos. El cáncer está causado por el crecimiento incontrolado de células en el cuerpo. Estas células pueden originarse en cualquiera de los tejidos del cuerpo. Si no se detecta y detiene a tiempo, el cáncer puede expandirse y conectarse con los sistemas circulatorio o linfático, y también puede extenderse e infectar otros tejidos del cuerpo. El cáncer canino es la principal causa de muerte en perros de 10 años o más. Sin embargo, la mitad de los cánceres en perros son tratables si se detienen en sus primeras fases.
Algunos signos de cáncer en los perros son fáciles de detectar y otros no. Los signos de cáncer en los perros pueden variar mucho en función de una serie de factores. Sin embargo, la siguiente lista identifica algunos de los signos más comunes de cáncer en los perros:
Bulto en el cuello de la cobaya
Encontrar un bulto o protuberancia en su perro es probable que desencadene una oleada de miedo y ansiedad, especialmente si surge de repente de la nada. La mayoría de las veces, nuestra mente salta inmediatamente al peor escenario: mi perro tiene cáncer.
Afortunadamente, menos de la mitad de los bultos en los perros son malignos, o cancerosos, y la mayoría son tratables. De hecho, los bultos en la piel o debajo de ella son las masas más comunes en los perros, y representan aproximadamente un tercio de todos los tumores.
Los bultos y protuberancias aparecen en los perros por diversas razones, muchas de las cuales no suponen una amenaza para la vida de su perro. El bulto puede ser un absceso secundario a una picadura de insecto, un folículo piloso inflamado, un crecimiento graso benigno (no canceroso) o una enfermedad más grave, como el cáncer.
Encontrar un bulto en un perro no significa necesariamente lo peor, pero es importante que un veterinario lo evalúe para asegurarse de que se obtiene un diagnóstico adecuado y se inicia un plan de tratamiento si es necesario.
En la mayoría de los casos, es conveniente programar una cita que le resulte cómoda, como el siguiente día libre del trabajo. Sin embargo, si el bulto o la protuberancia está caliente al tacto, crece rápidamente, produce pus o secreciones, sangra activamente o si su perro siente dolor, debe llevarlo a un hospital veterinario de urgencias para que reciba una atención más urgente.