Filete de rosada al horno

Filete de rosada al horno

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Pele las patatas, córtelas en rodajas de aproximadamente medio centímetro de grosor y fríalas bien. A continuación, coloque las patatas en una cazuela. Repartir las verduras cocidas sobre las patatas.

A continuación, coloque los filetes de bacalao (sin espinas) con la piel hacia abajo. Espolvorearlos con perejil y cubrirlos con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra. Por último, dependiendo del grosor de los filetes, hornear durante unos 15 minutos a 180⁰ C (350⁰ F).

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Te garantizo que encontrarás «Rosada» en todos los menús de todos los bares de Andalucía. La puedes encontrar frita o a la plancha (cocinada en un caldo de perejil y ajo picado en aceite de oliva). Es un pescado blanco, escamoso y jugoso como el bacalao pero de textura más densa. Cualquiera que lo coma volverá a elegirlo. Los británicos hambrientos de la experiencia del «fish and chips» pueden saciar su nostalgia con la rosada. Como todos los grandes pescados clásicos, es mejor servirla al natural.

¿Pero qué es? En el plato es blanco, aunque su nombre se traduce como «rosado» o «rosa». Si no tiene ni idea de qué es este pescado ni de cómo averiguarlo, no es el único. Lo hemos visto traducido en los menús como «abadejo» (erróneo), merluza (equivocado) y «salmón» (ridículo).

Sin embargo, las descripciones del pescado como cazón (pez cartilaginoso parecido al tiburón) se deben al gran aficionado al pescado Alan Davidson (Mediterranean Seafood, Penguin 1981 p26), que describe erróneamente la rosada en el apartado «Tiburones» de esta manera:

Eso es todo. No hay más información. Ni siquiera sugiere que se la cubra con un «sofrito» (una especie de brebaje de tomates, cebollas y ajo que emplea cada vez que la palabra Mediterráneo amenaza con rozar lo extranjero).

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Pele las patatas, córtelas en rodajas de aproximadamente medio centímetro de grosor y fríalas bien. A continuación, colocar las patatas en una cazuela. Repartir las verduras cocidas sobre las patatas.

A continuación, coloque los filetes de bacalao (sin espinas) con la piel hacia abajo. Espolvorearlos con perejil y cubrirlos con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra. Por último, dependiendo del grosor de los filetes, hornear durante unos 15 minutos a 180⁰ C (350⁰ F).

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¿Qué es lo que no le gusta del pescado? Es una fuente de proteínas, contiene vitaminas y minerales esenciales como el hierro, el zinc, el yodo y la vitamina B12, y es bajo en grasas. Los ácidos grasos omega-3, presentes en los pescados grasos, pueden incluso ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, demencia y degeneración macular relacionada con la edad.

La mala noticia es que su pescado y patatas fritas favoritos podrían incluir una ración de toxinas como el mercurio o los PCB. El riesgo para su salud depende del tipo de pescado que elija, de dónde y cómo se haya capturado o criado, y de la frecuencia con que lo consuma.

El ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido eicosapentaenoico (EPA) son ácidos grasos omega-3 de cadena larga que se encuentran en grandes cantidades en el pescado azul, como el salmón atlántico y el australiano, la trevalla de ojo azul, la caballa azul, el pez gema, las sardinas en conserva, el salmón en conserva y algunas variedades de atún en conserva.

Hay pruebas sólidas de que comer pescado azul con regularidad puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. La Fundación Nacional del Corazón recomienda incluir de 2 a 3 raciones de pescado (incluido el pescado azul) a la semana como parte de una dieta cardiosaludable; calcula que esto aportaría unos 250-500 mg de omega-3 de cadena larga al día.

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