Ejemplos de economia colaborativa
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Zipcar
Gracias a la creciente popularidad del «compartir» y al auge de la economía compartida (gig economy, consumo colaborativo, etc.), empresas de todo el mundo están haciendo que sea rápido, fácil y barato conseguir bienes y servicios.
El auge de la economía colaborativa puede atribuirse al movimiento del minimalismo y a la búsqueda constante de «la prisa». La gente ya no quiere poseer cosas; quiere ahorrar dinero y espacio «compartiéndolas».
La economía colaborativa es la solución perfecta para los que quieren ahorrar y los que quieren ganar dinero extra. En este sistema de red entre iguales, las empresas utilizan plataformas online para poner en contacto a personas que tienen algo que ofrecer (un viaje a casa, una habitación libre, etc.) con otras que necesitan exactamente eso.
Piénsalo como eBay pero para plazas de aparcamiento, espacio de almacenamiento y más. Los vendedores son personas normales que cobran cuando alguien utiliza sus servicios. Los compradores ahorran dinero y tiempo gracias a una tecnología ágil y un proceso de reserva sencillo.
En lugar de obtener presupuestos y esperar a que les devuelvan las llamadas, hacen unos pocos clics en su ordenador. Los sistemas de calificación y revisión en línea hacen que las cosas sean transparentes, para que usted sepa exactamente qué puede esperar del vendedor que elija.
Justpark
Coworking, Freelancing, Carsharing, Crowdfunding, Peer-to-Peer lending… Los términos relacionados con la economía colaborativa se han colado en nuestras vidas sin que nos demos cuenta. Sin embargo, sólo unos pocos conocen el verdadero significado de esta nueva forma de vida. Y es que en este gran cajón de sastre caben, precisamente, conceptos tan variados como el conocimiento, el consumo, la producción o las finanzas.
Popularizada en la década de 2000 por los emprendedores Lisa Gansky, Rachel Botsman y Roo Rogers, la expresión sharing economy se basa en el uso de la tecnología en beneficio propio: gracias a ella, los usuarios pueden organizarse para conseguir un beneficio, una riqueza económica, productiva y cognitiva.
Para ello, la economía colaborativa busca crear y desarrollar infraestructuras digitales y físicas que faciliten el intercambio entre individuos («Peer-to-Peer»). Es fundamental señalar que la economía colaborativa se sustenta en una serie de principios y valores cuyo eje central está constituido por la cooperación, el desarrollo económico local y sostenible y la responsabilidad social.
Fiverr
Gracias a la creciente popularidad del «compartir» y al auge de la economía colaborativa (gig economy, collaborative consumption, etc.), empresas de todo el mundo están haciendo que sea rápido, fácil y barato conseguir bienes y servicios.
El auge de la economía colaborativa puede atribuirse al movimiento del minimalismo y a la búsqueda constante de «la prisa». La gente ya no quiere poseer cosas; quiere ahorrar dinero y espacio «compartiéndolas».
La economía colaborativa es la solución perfecta para los que quieren ahorrar y los que quieren ganar dinero extra. En este sistema de red entre iguales, las empresas utilizan plataformas online para poner en contacto a personas que tienen algo que ofrecer (un viaje a casa, una habitación libre, etc.) con otras que necesitan exactamente eso.
Piénsalo como eBay pero para plazas de aparcamiento, espacio de almacenamiento y más. Los vendedores son personas normales que cobran cuando alguien utiliza sus servicios. Los compradores ahorran dinero y tiempo gracias a una tecnología ágil y un proceso de reserva sencillo.
En lugar de obtener presupuestos y esperar a que les devuelvan las llamadas, hacen unos pocos clics en su ordenador. Los sistemas de calificación y revisión en línea hacen que las cosas sean transparentes, para que usted sepa exactamente qué puede esperar del vendedor que elija.
Tendencias de la economía colaborativa
En el capitalismo, la economía colaborativa es un sistema socioeconómico construido en torno a la puesta en común de recursos. A menudo implica una forma de adquirir bienes y servicios que difiere del modelo de negocio tradicional de las empresas que contratan empleados para producir productos que venden a los consumidores. Incluye la creación, producción, distribución, comercio y consumo compartidos de bienes y servicios por diferentes personas y organizaciones. Estos sistemas adoptan una variedad de formas, a menudo aprovechando la tecnología de la información (en particular las plataformas digitales) para empoderar a los individuos, las empresas, las organizaciones sin fines de lucro y el gobierno con la información que permite la distribución, el intercambio y la reutilización del exceso de capacidad en bienes y servicios[1][2][3][4][5].
El término «economía colaborativa» empezó a aparecer en la época de la Gran Recesión, de las tecnologías sociales y de una creciente sensación de urgencia en torno al crecimiento de la población mundial y el agotamiento de los recursos. Lawrence Lessig fue posiblemente el primero en utilizar el término en 2008, aunque otros afirman que el origen del término es desconocido[6][7] Dariusz Jemielniak y Aleksandra Przegalinska atribuyen al artículo académico de Marcus Felson y Joe L. Spaeth «Community Structure and Collaborative Consumption» publicado en 1978[8] la acuñación del término economía del compartir[9]: 6